El trauma en general, y el facial en particular, han tenido un aumento en su frecuencia durante los últimos años. Se encuentra hasta en un 30% de los politraumatizados, con una relación hombre: mujer de 3:1. La principal causa son los accidentes de tránsito, en el 40% de los casos; seguidos por los accidentes domésticos con un 20% de la totalidad; las caídas casuales se presentan en el 14%; los accidentes laborales suponen un 3% y otras causas el 8% restante.
Su riesgo puede significar la muerte por asfixia, hemorragias y asociación de lesiones de columna vertebral y sistema nervioso central. Las secuelas pueden ser estéticas y funcionales (como alteraciones de la mordida, ventilación, visión, etc.). Las lesiones de la cara pueden implicar fracturas faciales puras, lesiones de partes blandas puras, ambas en forma concomitante, lesiones nerviosas y viscerales.
Un fuerte golpe en la cara o en la zona de la mandíbula puede representar una situación de emergencia, y debe ser atendida a la brevedad posible en el centro de salud más cercano. Los accidentes de tránsito, heridas por proyectil de arma de fuego, o golpes durante la práctica de alguna disciplina deportiva, pueden ocasionar una fractura facial; que no es más que, la pérdida de continuidad ósea de un hueso de la cara o de la mandíbula.
La fractura mandibular es la más común de la cara, seguida de los huesos propios nasales. Con respecto al tratamiento, puede variar según la gravedad y la ubicación de la lesión.
Se requiere de una ferulización mediante el cierre temporal y transitorio de la boca; posteriormente y bajo anestesia general, se reubica la mandíbula y se recupera la mordida del paciente mediante la colocación de micro placas y tornillos de titanio.
Inmediatamente después de la cirugía, el paciente presentará avances importantes y recuperará la apertura bucal y la función masticatoria. La mejoría es progresiva a lo largo de las ocho semanas siguientes.
Durante su entrenamiento y estudios adquiere las habilidades y conocimientos necesarios para restituir correctamente la mordida y la anatomía mandibular; esa es la prioridad: que el paciente no recupere la función masticatoria. Es importante que ante cualquier lesión del área buco maxilofacial se asista directamente al especialista con el fin de asegurar las complicaciones posteriores.